Desde luego, ya no es una corporación que albergue a unos pocos profesionales, puesto que en los últimos años ha crecido tanto hasta sumar casi 4.500 profesionales, entre mujeres y hombres, veteranos y principiantes, ejercientes y no ejercientes. Esta nueva realidad exige imperiosamente un órgano de gobierno que defienda con garantías los legítimos intereses de sus miembros y los conduzca por el camino adecuado para afrontar los desafíos que ha traído el nuevo milenio.
Para lograrlo, y sin quitar la vista de los logros alcanzados, hay que realizar una seria revisión de las carencias y debilidades de la institución para tomar decisiones que permitan adaptarla a las exigencias actuales, caracterizadas por un marco inmerso en un contínuo dinamismo legislativo que ha incidido muy desfavorablemente en el desarrollo de la profesión.
Son muchos los letrados descontentos con el actual funcionamiento y organización del Colegio, es necesaria una gestión abierta, participativa, transparente y mucho más moderna, y lograr así convertirlo en un auténtico referente para la sociedad canaria.
Los instrumentos tradicionales, el conservadurismo institucional y el “más de lo mismo” han demostrado su escasa utilidad, el Colegio parece una institución que simplemente aguanta como puede los embates de la crisis global, pero muchos demandan “avanzar” y no permanecer anclados a los cimientos de un modelo de gobierno ya superado en el ámbito comparado.
Por tanto, inmersa esta candidatura en ese importante y ambicioso ejercicio de responsabilidad y con el punto de mira puesto en el futuro de los colegios profesionales de abogados, presenta su Programa de Gobierno para compartir con el colectivo sus objetivos y medidas con deseo de que coincidan con el anhelo de la mayoría de los compañeros de la abogacía en esta demarcación colegial para que sea apoyada y entre todos poder ponerlo en marcha.
